El diputado Enrique Magadán Villamil denunció hoy desde la tribuna del Congreso del Estado que el programa federal Oportunidades se está manejando al amparo de reglas de operación poco claras, inflexibles, autoritarias y unilaterales.

Desde hace días hemos sido testigos de diversas denuncias que giran en torno a esta situación tan delicada, dijo, pues es más que evidente que el coordinador estatal de Oportunidades en Yucatán, Juan Valencia Heredia, carece de rendición de cuentas y transparencia de sus funciones y acciones, contraviniendo las reglas de operación de este programa.

“Quisiéramos saber qué se oculta; qué hay encerrado; qué se pretende disfrazar con el mecanismo de focalización y permanencia de los hogares beneficiados en el programa, ya que las coordinaciones nacional y estatal son las únicas responsables de la recolección, captura, procesamiento, resguardo y análisis de la información socioeconómica de las familias, que es resguardada con un hermetismo poco transparente”.

En su exposición en tribuna, Magadán Villamil señaló que el pasado martes 9 en Conkal y ayer en Dzemul funcionarios de la coordinación estatal de Oportunidades incurrieron en el desapego a lo establecido en las reglas de operación.

La coordinación estatal del programa Oportunidades “justifica” la baja definitiva de familias del padrón activo de beneficiarios, notificándoles mediante oficio firmado por el coordinador estatal Juan Valencia Heredia, que fueron recertificadas porque “han mejorado sus condiciones de vida”.

Por testimonio propio de las familias afectadas -continuó relatando el diputado local por el VIII Distrito- aquéllas manifiestan que no han sido encuestadas para el proceso de recertificación como señala la regla de operación, poniéndose entredicho la objetividad y transparencia de este programa.

Y si acaso estas familias fueran recertificadas, indicó, la regla de operación manda que se les informe del resultado de la encuesta socioeconómica que determine si existió mejoría en alguno de sus componentes de atención, para entonces notificarles y explicarles con total claridad la razón por la que permanecerían en el programa bajo el esquema diferenciado de apoyos como marca la propia regla de operación, en lugar de ser “rasuradas” sin aviso, poniéndose el sello de autoritarismo e impunidad con que se operan los programas federales.

PERVERSIDAD POLÍTICA Y FANATISMO

“Y por si fuera poco el manejo electorero que han dado al programa, vertiendo amenazas a los beneficiarios, su perversidad política y el fanatismo que los caracteriza los ha llevado a cometer un delito del orden federal”, manifestó Magadán Villamil.

Explicó que a cada hogar y a cada uno de sus miembros se les debe asignar un número de identificación que permita mantener la confidencialidad de la información, como lo establecen las reglas de operación, pero no se puede tener acceso a estos padrones, lo que deja ver que no es un trabajo objetivo y transparente.

El diputado priista cuestionó si la operatividad del programa está funcionando:

“Si el objetivo general del programa es contribuir a la ruptura del ciclo intergeneracional de la pobreza, favoreciendo el desarrollo de las capacidades de educación, salud y nutrición de las familias beneficiarias del programa, ¿cómo se explica el que la coordinación nacional de este programa tenía como meta sacar para el año 2025 a 6 millones de familias de la pobreza y al presente año las reglas de operación hablan de una meta de 50 millones de familias para el año 2030?”.

La forma en que se opera el programa de desarrollo humano Oportunidades en nuestro Estado demuestra que la política social suele ser el autoritarismo, la corrupción y la impunidad, y esta situación no debe quedar impune porque están de por medio las familias más vulnerables de Yucatán, finalizó.